Mostrando entradas con la etiqueta De seres fantásticos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta De seres fantásticos. Mostrar todas las entradas

martes, 20 de diciembre de 2011

De seres fantásticos... (XIV)













Llueve. Espero el autobús. Distingo a un hombre que se acerca caminando: lleva un gorro de lana en la cabeza y una mascarilla quirúrgica en la boca. Está empapado. Me llama la atención su aspecto (esto no es Japón)y le observo, pero él no parece haber reparado en mí. La calle está completamente desierta a esta hora del día. El individuo llega a mi altura. Entonces dice mi nombre: Carlos, sin dirigirme siquiera una mirada. Me quedo mirándole sorprendido. Veo como se aleja. Las manos en los bolsillos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

De seres fantásticos... (XIII)





















Siempre fue mala. Una verdadera hija de puta.

Una vez su amante la invitó a besarse bajo las estrellas, pero éstas no acudieron. Ella se enfadó tanto que su grito abrió un agujero negro en el horizonte. Al muchacho se le cayeron las orejas y tuvo la mayor erección de su vida. Sin embargo la mujer volvió a rugir su enfado al ver su pene ridículamente pequeño. ¿Qué podía hacer ella con aquello?.

Excitada como estaba, tomó un trozo de noche y se lo estampó al amante en la cabeza. Él cayó al barro diciendo te amo, te amo, te amo.

Mientras decía aquellas palabras, ella le clavaba los tacones en el alma.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

De seres fantásticos... (XII)





















El chico leía tan apasionadamente que cuando dejaba de hacerlo, por puro agotamiento, los personajes del libro se veían envueltos en un bucle. Teniendo que vivir la acción del párrafo abandonado una y otra vez. Hasta que aquel muchacho tan apasionado regresaba al libro y los liberaba.

martes, 10 de mayo de 2011

De seres fantásticos... (XI)




Sale a la calle y cada goterón de lluvia es como ácido para él. Su cuerpo se llena de agujeros. Sus ropas desaparecen, y tras ellas la piel.
El sonido del agua en los adoquines y los edificios son tambores lejanos que hacen volar su cabeza. Ya no tiene nada. Ni ropa, ni cuerpo, ni alma, ni sentimiento, ni recuerdo que los demás tengan de él.

Todo está bien. El repiqueteo, la danza de las gotas han acabado con él.

sábado, 2 de abril de 2011

De seres fantásticos... (X)





















Hacía treinta y cinco días que no dejaba de llover. Hacía treinta y cinco días que Toshiro no se movía de la plaza. Inmóvil, la cabeza gacha, la gabardina empapada, los brazos caídos y el ramo de flores derrotado.

Las parejas de amantes habían comenzado a dejar a sus pies pequeños presentes, lazos de colores o mensajes de amor. Creían que Toshiro era algo así como una nueva especie de santo. El primero de un futuro esperanzador. El futuro de un mundo sumergido, de una humanidad inmóvil, de amantes viviendo bajo paragüas, de nuevos santos extraños.

Entonces alguien vino y disparó a Toshiro por la espalda. Dejó de llover y el mundo se detuvo. Desaparecieron los regalos y los lazos. Los mensajes de amor se atomizaron y se incrustaron en el tejido del mundo.

Toshiro echó a andar y una vez en su pequeño apartamento se metió en la cama.

viernes, 1 de abril de 2011

De seres fantásticos... (IX)





















La negociación está bloqueada. Se lo dicen. No lo comprende. Pero comprende que va a morir. Entonces es cuando de verdad lo pierde todo.

No es que ya no valga nada. Es que nunca ha valido nada.

Respira. Bufa. Está esposado a una viga. Se transforma en una cucaracha, un insecto. Se salva.

De seres fantásticos... (VIII)





















Muerto en una habitación ridículamente pequeña.

El escritor le sacaba punta a todo. Y tenía fantasmas guardados en una caja. De vez en cuando se desencajaba la cabeza y se la sacaba y la ponía en la mesita a descansar. Y se tumbaba con el resto del cuerpo en la cama, y a veces en el suelo, como remontándose generaciones atrás.

La verdad sea dicha: todo sea en nombre de la emoción.

jueves, 31 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (VII)





















LA BESTIA


Arde.
Arde.
Arde.
Arrastra una lápida por el
barro de la imposibilidad.
En ella está escrita la palabra.
Naves estelares cruzan el cielo
Y él levanta la cabeza.
Pero está muerto.
Ya no sabe nada más.

El Infinito muere en el límite
de su cuerpo.

viernes, 11 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (VI)
















- Usted no sabe quien soy YO,
YO SOY El Hombre En
Proyección.


El hombre va y se aleja. Una línea entre las cuerdas del entretejido.

lunes, 7 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (V)




















El tipo en la mesa del fondo. Observa su mano diestra extendida ante él. Los cinco dedos abiertos. Los tendones tensos como calabrotas.

Desde fuera uno podría pensar que quiere tapar algo o alguien de su campo de visión. Desde fuera uno podría pensar que el tipo simplemente está borracho.
Está borracho sí, pero da igual. Nadie parece darse cuenta del boquete que se está abriendo en el dorso de su mano. Por él surge el espantoso ángel negro que les corta la cabeza a todos.

Y sin embargo parecen no haberse percatado del milagro. Regresan a sus casas y vuelven a lo suyo.

Sólo el hombre permanece allí, sentado con la mano abierta.
Nada, no hay nada en ella.

jueves, 3 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (IV)















La Neisha conoce su trabajo a la perfección. No hay otra como ella.

Educada en las antiguas tradiciones aprendió a levitar a los cinco años. Atravesar la materia le llevó tres más. Después aprendió los cantos secretos que se escuchan con el tacto. Le llevó cuarenta años aceptar que estaba muerta.

Hace dos días que fue besada por primera vez.

De seres fantásticos... (III)















Se planta ante uno y le sonríe. Al final uno comienza a impacientarse porque la sonrisa no desaparece. Tampoco dice nada. Plantado ahí delante de uno.

En un arranque sorprendente el ser le pasa a uno el brazo por los hombros, deja de sonreír y comienza a hablar. Ahora es aun peor: las estrellas comienzan a girar, la noche pierde su calidad oscura y se transforma en otra cosa. Un puré de patatas, por ejemplo. El ser es poderoso, no cabe duda.

Vuelve a abrir la boca y entonces pueden verse sus dientes afilados y sus miles de trompas succionadoras. Es el hrizonte de acontecimientos.

De seres fantásticos... (II)

















Ya no puede dormir si antes no ha bebido el suficiente alcohol. Necesita descansar. Bebe, y entonces duerme. Pero sus sueños son agitados, insensatos, y le impiden descansar bien. Se le seca la boca, le arde el estómago. La cabeza se le embota. No vale para nada.

Por la mañana, a su lado en la cama, encuentra el rastro sudoroso de si mismo. De su vida echada a perder. Durante todo el día carga con el agotamiento de su imposibilidad.

Una noche vuelve a fijarse en la sombra doble en la pared. Se planta ante ella y por fin toma la decisión de introducirse en la grieta.

martes, 1 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (I)

















Hay que fijarse bien para llegar a verle. Aunque él se fija en todo aquello que pasa a su alrededor.
No participa, pues teme llegar a romperse de hacerlo. Observa en un rincón, escondido a plena luz, cómo fuman o beben los grupos de amigos o las parejas en los bares de cocktails. No dice nada. Nunca lo hace.

Anota mentalmente los agravios imaginarios. En el Libro de los Muertos de su pensamiento escribe los nombres de sus enemigos.