lunes, 28 de febrero de 2011

Formas del horror... (X)















EXTRAÑOS CUIDADOS


Cada mañana al amanecer se despertaba antes que ella. Con cuidado abría el pequeño cajón de la mesita de noche y tomaba un minúsculo frasco entre sus manos. Apartaba entonces el edredón y se deslizaba hasta el suelo. Como un ladrón gateaba por la alfombra hacia su mujer, en el otro lado del lecho; contenía el aliento y delicadamente recogía en el frasquito las cálidas lágrimas que resbalaban del rostro de su esposa.

Más tarde bajaba al jardín y con aquellas lágrimas regaba los hermosos rosales que a ella le gustaba disfrutar.

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