martes, 10 de mayo de 2011

De seres fantásticos... (XI)




Sale a la calle y cada goterón de lluvia es como ácido para él. Su cuerpo se llena de agujeros. Sus ropas desaparecen, y tras ellas la piel.
El sonido del agua en los adoquines y los edificios son tambores lejanos que hacen volar su cabeza. Ya no tiene nada. Ni ropa, ni cuerpo, ni alma, ni sentimiento, ni recuerdo que los demás tengan de él.

Todo está bien. El repiqueteo, la danza de las gotas han acabado con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario