jueves, 22 de septiembre de 2011

De seres fantásticos... (XIII)





















Siempre fue mala. Una verdadera hija de puta.

Una vez su amante la invitó a besarse bajo las estrellas, pero éstas no acudieron. Ella se enfadó tanto que su grito abrió un agujero negro en el horizonte. Al muchacho se le cayeron las orejas y tuvo la mayor erección de su vida. Sin embargo la mujer volvió a rugir su enfado al ver su pene ridículamente pequeño. ¿Qué podía hacer ella con aquello?.

Excitada como estaba, tomó un trozo de noche y se lo estampó al amante en la cabeza. Él cayó al barro diciendo te amo, te amo, te amo.

Mientras decía aquellas palabras, ella le clavaba los tacones en el alma.

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