miércoles, 21 de septiembre de 2011

Formas del horror... (XXIV)















La noche era hermosa. La Luna llena iluminaba al mundo, brillando clara entre las montañas. Entonces lo vi, y mi entendimiento se negó a creerlo: el colosal ser surgido de las profundidades, que de un fabuloso salto se tragó el satélite. Condenando a nuestro planeta a una oscuridad eterna.

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