lunes, 7 de marzo de 2011

De seres fantásticos... (V)




















El tipo en la mesa del fondo. Observa su mano diestra extendida ante él. Los cinco dedos abiertos. Los tendones tensos como calabrotas.

Desde fuera uno podría pensar que quiere tapar algo o alguien de su campo de visión. Desde fuera uno podría pensar que el tipo simplemente está borracho.
Está borracho sí, pero da igual. Nadie parece darse cuenta del boquete que se está abriendo en el dorso de su mano. Por él surge el espantoso ángel negro que les corta la cabeza a todos.

Y sin embargo parecen no haberse percatado del milagro. Regresan a sus casas y vuelven a lo suyo.

Sólo el hombre permanece allí, sentado con la mano abierta.
Nada, no hay nada en ella.

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