martes, 1 de marzo de 2011

Formas del horror... (XVII)

















LA CANTANTE BORRACHA CAYÓ BAJO



El mejor momento del día llegaba cuando el señorito la llamaba. La vieja dama de la canción se arrastraba hasta el piano, vistiendo el delantal y la cofia; la botella de anís en la mano. sonaban las notas y ella cantaba con su voz almidonada canciones de gallinero y palomar. Los invitados se reían, pero ella, ante su audiencia, no dejaba de repetirse: "Ego sum lux mundi". "Yo soy la luz del mundo".

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